Es curioso. Mucha gente se piensa que soy una defensora de Nueva York a capa y espada. Que me encanta la cultura estadounidense. No, no es así. A pesar que Nueva York me encanta, tengo ojos en la cara y sé ver que no es oro todo lo que reluce. Así que hoy vamos a desmontar un poco el mito de Nueva York y veremos por qué no es la ciudad perfecta. Por cierto, esta lista no está en orden.
Cosas malas de Nueva York y creo que han de cambiar
Aunque en este artículo vamos a hacer un repaso por las cosas malas de Nueva York, también tiene cosas muy buenas. Buenísimas. Pero es bueno bajar un poco las expectativas antes de un viaje para que luego no nos llevemos un chasco.
1- Nueva York está sucia
Sí, Nueva York es una ciudad sucia. Podemos encontrar algunas excepciones en algunos barrios, pero por lo general sus calles están llenas de basura. Slices de pizza en el suelo, hamburguesas, vasos de café, bolsas de basura… (nota: pronto se van a instalar containers de basura en las calles, así las bolsas de basura no inundarán las zonas peatonales. Hurra!)
2- En Nueva York hay ratas… muchas ratas
Es cierto que en cualquier ciudad hay ratas y ratones, pero para mí no es normal encontrarlos en medio de la calle campando a sus anchas. Como consecuencia del punto anterior (Nueva York está sucia), es normal que te encuentres ratas en parques o se te cruce alguna por la calle. Es un problema con el que lidian las autoridades sanitarias de la ciudad, pero no tienen éxito. En Nueva York hay más ratas que personas.
3- Nueva York no está cuidada
Es habitual encontrarte con boquetes en medio de la calzada cuando vas a cruzar la calle. Hay barrios de Manhattan más cuidados que otros, pero lo normal es que tengas que ir sorteando huecos y evitando charcos.
¿Seguimos con las cosas que no me gustan de Nueva York? Esto era solo un aperitivo.
4- Siempre está en obras
Esto es normal en cualquier ciudad grande: siempre hay cosas que arreglar (¿de verdad las arreglan?). Pero en Nueva York, si un edificio se reforma o se rehabilita, es habitual dejar los andamios de manera permanente una vez acabada la obra. ¿Por qué? Porque los dueños de los edificios no están obligados a retirarlos. Retirar los andamios tiene un coste que muchos propietarios no están dispuestos a pagar y como no están obligados, pues los dejan ahí… Y esto lleva al siguiente punto.
5- Nueva York no está adaptada
Es de las cosas que menos me gustan de Nueva York. No me puedo imaginar cómo debe ser la vida en Nueva York para alguien que tiene que ir en silla de ruedas. No todas las estaciones de metro tienen ascensor (y si lo tiene, igual no está operativo). Tampoco tienen rampas para cruzar la calle. Y andar por las aceras es una odisea: andamios, bolsas de basura pendiente de recoger…
6- Tiene un sistema de metro poco eficiente
El metro de Nueva York es de los más antiguos del mundo. Y se nota. Pero también el de Londres lo es y no tiene los problemas que tiene el metro de Nueva York. Para los viajeros como tú y como yo, el metro es un buen sistema para moverse por Nueva York, porque la ciudad está bien nutrida de estaciones. En ese sentido el sistema de metro es eficaz. Pero no es eficiente. El que vive allí tiene que lidiar con retrasos y estaciones inundadas cuando hay temporal.
7- La atención a la gente es mala en los servicios públicos
Esto es algo que no te encontrarás en las atracciones turísticas, ni en restaurantes, ni en la mayoría de los comercios, ni en tu hotel en Nueva York…
Hasta hace poco pensaba que era una percepción mía (hasta que leí el libro del antropólogo Martin Harris y también vi «Pretend it’s a city» en Netflix). O, más bien, pensaba que yo era muy exigente. Será porque estoy acostumbrada a que me traten bien allí donde viajo. Pero en Nueva York no es así. No te tratan bien. Y punto pelota.
El primer contacto que tienes con la realidad del mal servicio público lo tienes al llegar al control de aduana y las personas que dirigen las colas. Te tratan como ganado, te contestan rápido y sin empatía… Otro gran ejemplo es el servicio de taxis de Nueva York. Quizás te lleven a tu destino… ¡pero de camino se comen un yogur (con cucharita y todo) mientras están conduciendo! (caso real) Por eso choca tanto que según qué servicios «merezcan» una propina independientemente de cómo se haya dado el servicio.
Mejor cúrate en salud y reserva un coche con conductor para tus desplazamientos del aeropuerto a tu alojamiento. El servicio es de 10.
8- Contaminación acústica en cada rincón
Otra de las cosas que no me gustan de Nueva York es la cantidad de ruido que hay en la ciudad. Hasta a Central Park llegan las sirenas de ambulancias y coches de policía.
En cada calle de Nueva York escucharás bocinas, porque es más fácil pitar que ceder el paso. Hasta los camiones de bomberos tocan el claxon en el primer nanosegundo que se pone verde su semáforo.
9- Los que adoran en Nueva York creen que es la mejor ciudad del mundo y por eso todo es perdonable
No, no lo es. De verdad, no es la mejor ciudad del mundo. Tiene ese «no sé qué» que hace que te enamores de ella y creas que es la mejor ciudad del mundo. Pero no lo es. Ruido por las noches (sirenas, obras, bocinas…). Precios desorbitados en la vivienda para luego tener ratones en la cocina. Aunque me muero por vivir en Nueva York, soy consciente que mi deseo tiene más que ver con vivir fuera de mi país que no por creer que Nueva York la mejor ciudad del mundo (si tuviera que vivir para toda la vida en alguna otra ciudad sería Copenhagen, sin duda).
10- Esos nuevos rascacielos…
Nueva York y los rascacielos. ¿En serio están entre las cosas que no me gustan de Nueva York? No hay duda que los rascacielos son una seña de identidad de la Ciudad que Nunca Duerme. Pero encuentro que los nuevos edificios que se están construyendo (¿hola Hudson Yards? ¿hola Billionaires Row?) siguen una estética y una filosofía muy del siglo XX. Además no hay «verde» en estos nuevos rascacielos, que es algo que se tendría que exigir a una de las ciudades más creativas del mundo. ¿No crees? Por no hablar de otros aspectos que son intrínsecos a los rascacielos: cuanto más arriba, más poderoso. En un mundo en el que poco a poco las jerarquías se van rompiendo, «lo que se lleva» es la horizontalidad, no la verticalidad. Aunque sea en la arquitectura. Por suerte, algunas empresas empiezan a ver necesario ese cambio hacia las construcciones horizontales.
11- La gran ciudad de las desigualdades
Nueva York es una ciudad moderna. También es una ciudad abierta al mundo y los cambios. Pero eso no quita que aún haya muchas desigualdades. Mientras hay calles donde viven multimillonarios (la Billionaires’ Row es un ejemplo), también puedes encontrarte parques o plazas con mendigos que no tienen dónde dormir. Esta exagerada desigualdad, para mí, es totalmente injusta.
Hay muchas muchas cosas que sí me gustan de Nueva York
Ese «no sé qué» que te comentaba antes, en realidad sí que sé lo que es. Y es el abanico de posibilidades que te ofrece la ciudad, si sabes verlas. Es esa creatividad en forma de grafitis, comercios, nuevas iniciativas y gentes de todo tipo que se dedican a la industria creativa. Ese «no sé qué» también son esas calles que te hacen suspirar al pensar en quién debe de vivir dentro de esas casas. Es esa juventud que siempre conserva Nueva York.
Hay mucho por corregir en Nueva York. Aunque no sé si alguien está por la labor.
¿Qué opinas de las cosas que no me gustan de Nueva York? ¿Quieres añadir alguna? ¿Hay alguna con la que no estás de acuerdo? Tienes los comentarios para decir la tuya 😉
Hola Zahara, totalmente de acuerdo y lo comentamos las veces que vamos a Nueva York con mi compañero ,la llegada por el aeropuerto es de lo peor ,el trato muy malo y el lugar para migraciones de los peores, pero no se que tiene la ciudad que volvemos contentos a seguir recorriendo y a reeditar paseos.Saludos
Tiene un embrujo extraño 🙂
Hola Zahara !
Subscribo cada punto negativo que describes….cuanta razon tienes en cada uno de ellos !!
Y si me permites, añadiria otro, a mi entender : las «famosas» salidas de vapor del metro en MEDIO de las calzadas !!. Una imagen tan tipica en las peliculas de los años 70, que añaden tanta dificultad al ya tan caotico transito neoyorkino. Cuesta de creer, que en pleno siglo XXI, y despues de tantas decadas, aun no esten corregidos estos obstaculos.
es verdad, Pep! Parece mentira que una ciudad tan supuestamente moderna no haya solucionado este tema.
Gracias por tu comentario 🙂